#56 “Tengo un regalo para ti, Clint”: un gato de nueve colas asomaba de una bolsa llena de látigos, esposas, palas de todas las formas y materiales, y luego una correa, un collar, una venda de cuero, una cola con un tapón anal, pinzas para pezones (solo los clientes de la cámara las disfrutaban, pero ¿quién da un regalo así de todos modos...?). Testigos y cómplices de noches de fuego: mis juguetes. ¿Los usará con su nuevo amante? ¿Lo hará con los próximos? No se sabe: seguimos viéndonos ocasionalmente, a menudo dormimos abrazados, pero no hay rastro de esa criatura lánguida que encantaba a Clint cada noche con historias de sus escapadas carnales. Aventuras con desconocidos, sola o en pareja, con Amos, en clubes de swingers, en estudios privados, al aire libre, en baños públicos, sin miedo y con la alegría de dar y recibir placer. Cada noche una anécdota, cada noche un fragmento sensual para completar el rompecabezas de Calamity y construir nuestra irrepetible y absoluta intimidad. Seguimos amándonos, claro. Pero ya no sé nada de sus deseos, de sus excitaciones (¿aún lees los anuncios de "Amo busca Esclava" para masturbarte, Calamity?), nada de sus orgasmos pirotécnicos (la luz cegadora que pintó mis últimos años de tonos chillones, ahora dando paso a un inexorable desvanecimiento gris). ¿Hay alguien que te azote, al menos, alguien que abofetee ese culo manoseado, maltratado, cubierto de leche y amado que llevas por el mundo, poniendo las pollas erectas con una gracia sin igual, Calamity? ¿Hay todavía alguien a quien susurras "301, por favor..."?
Fecha: 24-09-2025 03:28:41
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CalamityeClint
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Informe falso (FAKE)
