"Tengo un regalo para ti, Clint": un gato de nueve colas asomaba de una bolsa llena de látigos, esposas, palas de todas las formas y materiales, tapones anales con cola, y luego una correa, un collar, una venda de cuero y pinzas para pezones (solo los clientes de la cámara las han disfrutado, esto todavía me molesta después de todos estos años...). Testigos de noches inolvidables, mis juguetes: marañas de Calamity, Clint y algunos otros cuerpos afortunados. ¿Los usará con su nuevo amante? No estaría celoso (aunque sí lo estoy de las pinzas, maldita sea). ¿Lo hará con los próximos? Es imposible saberlo: hoy Clint no tiene ni idea de qué fue de aquella criatura lánguida que lo cautivaba cada noche con relatos de sus aventuras con desconocidos, sola o en pareja, con Amos, en clubes de intercambio de parejas, en estudios privados, al aire libre, en baños públicos, sin miedo y con la alegría libertina de dar y recibir placer. Cada noche una anécdota, cada noche un fragmento sensual para completar el rompecabezas de Calamity y construir nuestra irrepetible y absoluta intimidad. Últimamente nos vemos de vez en cuando, pero ya no sé nada de sus deseos, de sus excitaciones (¿aún lees los anuncios de "Amo busca Esclavo" para masturbarte, Calamity?), nada de sus orgasmos (una alegría deslumbrante que coloreó aquellos años... ahora un lento e inexorable desvanecimiento). ¿Hay alguien que te azote, al menos, alguien que abofetee ese culo amado, manoseado, maltratado y lleno de semen que llevas por el mundo, poniendo las pollas erectas con una gracia sin igual, Calamity? ¿Queda alguien a quien susurrarle: "301, por favor..."?
Fecha: 16-09-2025 17:36:55
Enviado por:
CalamityeClint
Visto: 0 veces
Ningún comentario para esta imagen
Escribir comentario
Informe falso (FAKE)
