"Tengo un regalo para ti, Clint": un gato de nueve colas asomaba de una bolsa llena de látigos, esposas, palas de todas las formas y materiales, además de una correa, un collar, una venda de cuero, una cola con tapón anal y pinzas para pezones (solo los clientes de la cámara las disfrutaban, pero ¿y si te das un capricho y luego...?). Mis juguetes son testigos de noches ardientes; ¿los usará con su nuevo amante? No estaría celoso (pero sí estoy celoso de las pinzas, a muerte). ¿Lo hará con los próximos? Nadie lo sabe: hoy Clint no tiene ni idea de qué fue de esa lánguida criatura que lo cautivó con relatos de aventuras carnales con desconocidos, solos o en pareja, con Amos, en clubes de intercambio de parejas, en estudios privados, al aire libre, en baños públicos, sin miedo y con la alegría de dar y recibir placer. Cada noche una anécdota, cada noche un fragmento sensual para completar el rompecabezas de Calamity y construir nuestra irrepetible y absoluta intimidad. Hoy en día nos vemos de vez en cuando. Seguimos amándonos, claro. Pero ya no sé nada de sus deseos, de sus excitaciones (¿aún lees los anuncios de "Amo busca Esclava" para masturbarte, Calamity?), nada de sus orgasmos (una luz cegadora que tiñó mis últimos años... ahora solo un lento e inexorable desvanecimiento en gris). ¿Hay alguien que te azote, al menos, alguien que abofetee ese culo manoseado, maltratado, cubierto de leche y amado que llevas por el mundo, poniendo las pollas erectas con una gracia sin igual, Calamity? ¿Hay todavía alguien a quien susurras "301, por favor..."?
Fecha: 17-09-2025 19:06:11
Enviado por:
CalamityeClint
Visto: 0 veces
Ningún comentario para esta imagen
Escribir comentario
Informe falso (FAKE)