Su voz, un susurro ardiente, me llama para un masaje a domicilio. “Mi marido está fuera”, dice ella, y cada palabra me cautiva. Llego, y cuando abre la puerta, mi respiración se corta: ropa interior de rayas que realza sus curvas, pechos firmes sin sujetador, medias negras suaves que acarician sus piernas, ceñidas por un liguero rojo, a juego con sus vertiginosos tacones. Las rosas rojas esparcidas en el suelo incendiaban el aire. Ella me mira, con una sonrisa seductora, y susurra: “Una amiga me dijo que tienes unas manos estupendas… Espero que no solo esas”.
Fecha: 03-05-2025 12:51:38
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Massaggioxlei
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Informe falso (FAKE)